5 meses y medio… ¡Probando la cuchara!

En esto de la lactancia materna me gusta seguir las recomendaciones e indicaciones de profesionales y expertos en el tema y mi intención, al igual que con Iván, es la de mantener una lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses, como así indican la Organización Mundial de la Salud o la Asociación Española de Pediatría.
Pero también pienso que, en ocasiones, pese a las recomendaciones, consejos y demás, hay que tener en cuenta nuestro sentido común y hacer aquello que creemos que es correcto. Y en esa tesitura es en la que me encuentro ahora mismo, en la de no seguir a raja tabla una recomendación porque mi sentido común me dicta hacer otra cosa.
En este caso, se trata de la introducción de la alimentación complementaria. Yo no tengo ninguna prisa en hacerlo, pero creo que es el momento debido a las costumbres que está adquiriendo Antía. Y es que, como decía alguna entrada atrás, las horas que yo estoy trabajando no come absolutamente nada, aunque es de recibo decir que se ha compensando y ha cambiado las tomas de la mañana por las nocturnas. A pesar de seguir comiendo, alimentándose, creciendo sana y feliz, he querido probar a introducirle los cereales por la mañana para intentar que coma algo durante las horas en las que estoy trabajando y así no pase tantas horas sin comer.
Los primeros días de mi incorporación al trabajo me sacaba mi propia leche que, para mi disgusto, acababa en el fondo del fregadero al no querer tomársela, por lo que dejé de sacármela porque era leche materna y tiempo perdidos. Decidí comprar leche de fórmula para seguir intentando que tomara algún biberón, prefiero tirar leche comercial a mi propia leche, pero se ve que a Antía lo que no le gusta es el biberón, así que aprovechando que esta semana pasada he estado de días libres en casa pensé en probar a darle directamente la cuchara.
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El resultado has sido fantástico. Pese aunque tiene un leve reflejo de extrusión y las primeras cucharadas echaba la lengua hacia fuera, lo cierto es que poco a poco ha ido comiendo (con alguna que otra pedorretilla) y se ha tomado bastante papilla, con cara de gustarle. Así que superada esta primera prueba, hasta que se vuelva a quedar con la abuela seguiremos con la teta porque mientras esté yo con ella no hay necesidad de otra cosa; pero al menos me quedo tranquila sabiendo que puede comer algo mientras yo estoy trabajando.
Hemos probado los cereales de Nutribén, yo no tengo nada en contra de los cereales comerciales ni de las papillas espesas y plastosas, de hecho guardo muy buen recuerdo de ellas porque fueron mi desayuno favorito hasta ya bien grandecita. A Iván también le ha gustado mucho la papilla de cereales desde que empezó a tomarla, ha desayunado papilla hasta este verano que probó el colacao, así que yo tengo una experiencia estupenda.
Se ve que Antía va a seguir la estela de su hermano, la de no probar el biberón y usar directamente a la cuchara, menos mal que solo he comprado un par de biberones y de los baratitos, que usaré como hacía con Iván para calentar el agua. Eso sí, la toma de papilla será solo por las mañanas, el resto del día y de momento hasta los 6 meses seguirá siendo teta a tiempo completo, y a partir de los 6 meses le iré metiendo otras cosillas pero sin prisa, conforme vaya viendo; y de momento esa toma, la papilla, está siendo un éxito, porque me cuenta la abuelita que cada vez se la toma mejor sin echar nada afuera, está claro que la cuchara le gusta mucho más que el biberón.
Y al margen de las comidas debo decir que mi niña es un amor (nada que no haya dicho antes, ¿verdad?), tengo ese extraño sentimiento de haber dejado a mi bebé detrás porque está espabiladísima, es increíble como siendo tan pequeña intenta hacer ya tantas cosas por sí sola. Y yo quería que fuera bebé un poco más, pero en contra de mis deseos esta niña está creciendo a un ritmo frenético, aunque es una maravilla verla crecer y volver a descubrir la vida a través de sus ojos. 
Ya no es un bebé que se mantiene sentada a la espera, pasiva, no… Lo quiere todo, si la siento en el sofá intenta llegar a aquello que le llame la atención, se estira, intenta agarrar lo que sea con las manos, si está lejos intenta gatear aunque solo logra arrastrarse como un gusanito, es muy activa y no se conforma con estar sentada y observar. Tiene mucha fuerza, es capaz de coger el paquete de toallitas y levantarlo con una sola mano, y es su favorito, supongo que por el ruido que hace, así que el paquete de toallitas es su máximo objetivo cuando lo ve cerca. Habla por los codos, se puede pasar largos ratos hablando ella solita con sus gorjeos y grititos, intenta llamar a los gatos, intenta llamar a su hermano, a veces parece que se enfada porque no puede comunicarse como quisiera, tengo la sensación de que es una niña mayor encerrada en el cuerpecito de un bebé porque intenta cosas que todavía no le corresponden.
Lleva un par de semanas con toda la zona del pañal muy irritada, se molesta al ratito de hacer pipí o caca y aunque tarde cerocoma en cambiarle el pañal ya tenemos la zona cero hecha cisco, estoy todo el día con la cremita en mano y la pobre tiene que pasarlo fatal. Con Iván no tuvimos problemas de escozor del pañal, aunque claro, si lo comparo con su dermatitis atópica casi mejor que me quedo con el tema del pañal, que es más fácil de tratar. No se si se deberá a los dientes, nunca he creído demasiado en la relación culete escocido-salida de diente, cierto es que se lo lleva todo a la boca y babea mucho, pero hasta que no vea un diente no me lo creeré, y de momento por mucho que miro ahí no hay nada.
Y además de espabilada está simpatiquísima, como siempre, en esto se parece mucho al hermano porque, al igual que él, va siempre alegre y quien se acerca dedica una sonrisa, una carantoña. Además llama mucho la atención porque tiene los ojos tan grandes, tan abiertos, tan bonitos, que la gente se deshace en piropos, y a la madre se le cae la baba cosa mala. El día antes de la cabalgata de Reyes íbamos paseando por un centro comercial, ultimando compras, Antía feliz en el fular y claro, llama mucho la atención ver a una mami con un bebé pegado, así que sin quererlo éramos el centro de atención de la gente que nos rodeaba, sobre todo porque además del típico “ays mira qué graciosa ahí pegada a su madre” esta niña desplegaba toda su gracia, encandilando a la gente, “¡pero qué simpática es, mira cómo se ríe!”.
Sin duda esto es lo mejor de ser madre. Se que tengo la tremenda suerte de haber tenido bebés de fácil crianza, y eso ha hecho que los disfrute muchísimo y que no quisiera que el tiempo pasara para que durara un poco más. Pero crecen y dejan de ser bebés, no siempre todo es tan fácil, a veces nos desquician, otras nos desesperan, nos dan las mayores alegrías y los peores sufrimientos… Pero una sonrisa, solo una sonrisa, hace que nos olvidemos de todo lo malo y veamos el lado positivo de la vida.

8 thoughts on “5 meses y medio… ¡Probando la cuchara!

  1. London

    Me alegro de que la cosa vaya bien con el tema papillas, la verdad es que es un alivio.

    Tienes un par de niños que son un par de soles de buenos. YO no me puedo quejar pero sobretodo la mayor para comer y dormir es malísima! aunque como dices me sonríe y se me cae tó!!

    Muchos besitos

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  2. Jeza Bel

    Que grande se está haciendo ya Antía!!!!!

    Me alegro que la cuchara vaya viento en popa!!!

    Ay nena, que te leo y me veo reflejada….cada vez que voy a un centro comercial paso de carro y me llevo a Vega en la manduca, pues claro, todo el mundo se nos queda mirando y comentando, y encima ella, que sonríe a todo el mundo, pues claro, la gente no para de decirla cosas y a mí a veces hasta me da vergüeza, porque se queda mirando como para que la digan algo y no para hasta que lo consigue 😀

    Por cierto….yo sí te puedo decir que la relación culito irritado-dientes existe, a Vega nunca la había puesto cremita en el culo porque afortunadamente lo tenía muy bien. La primera vez que la ví el culete y el chuminiqui rojoo e irritado me asusté pensando que allgo le había hecho reacción o que había tardado más en cambiar el pañal, pero nooo, me dí cuenta al pasar una cucharita por su boca que un piño estaba asomando…y así cada vez que le ha ido rompiendo uno!!

    Besotes

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  3. Ness

    A Emma le pasó lo de la irritación cuando me regalaron unos dodot, tardé un día en darme cuenta y aunque la cambiaba cada poco, se le puso fatal…Al final lo que mejor le fué, fué limpiarle la zona con aceite jhonsons y luego intentar dejar la zona lo más seca posible…Y yo como Jeza, Ivan tb se ponía fatal con los dientes, no sé si te acuerdas que incluso me recomendaste una crema…

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  4. Sesi

    Me quedo con tu última frase. No puede ser más cierta 😉

    Yo también corrovoro la relación entre los culitos escocidos y la dentición. Puede que aún no le vayan a salir, pero que esten enhuesando, osea formándose dentro de la encía. Eso dicen que también es muy molesto.
    A mi niño solo se le escuece el culín cuando está saliendole algún diente. Eso, mas caquitas más a menudo y más blandas, babas a tutiplen, manos en la boca, mordiscos a quien pille….. Ya son señales inequívocas.

    El truco de Ness, es mas o menos lo mismo que hago yo.

    Por cierto, al tema, jajaja. Pienso que haces bien en obedecer a tu "sexto sentido" e introducirle una toma de alimentación complementaria. Si se la toma así de bien, pues genial!

    Y secundo eso de que está preciosísima. Me encanta Antía!

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  5. El Club de las Madres Felices

    Nos alegra ver esos grandes pasitos que va dando tu bebé 🙂

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  6. Maria

    Madre mia como pasa el tiempo y como está Antia ya, que maravilla… me alegro mucho de que la cuchara no esté siendo un problema! Un besito

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  7. Annie74

    esta preciosa¡
    yo tambien estoy convencida que si tiene que ver.. culete y boca. Pitufo solo ha tenido el culete enrojecido como un monete.. cuando ha estado con algun diente. Hay niños que echan mucha baba y otros lo sacan por el culete.

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  8. Carol

    Como dices nuestro sentido común es importante, según sean nuestras circunstancia, además ya casi no le queda nada para los seis meses, cómo pasa el tiempo.
    Yo tampoco creía en historias de los dientes hasta que nos pasó. La primera vez que se le puso el culito malo, zas, diente.
    Un abrazo

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