Los miedos nocturnos: monstruos, bichos y otras criaturas feroces

¿Quién no se ha despertado alguna vez muert@ de miedo en la cama, en mitad de la noche?. Sí, puede parecer algo muy de niños, pero de adultos estoy segura que a más de un@ le pasa. Que levante la mano si hay algún/a valiente en la sala.

Yo la primera. Hay noches que me despierto sin ser capaz de asomar un dedo fuera del colchón.

Pero de lo que vengo a hablar es de los miedos de los niños, sobre todos aquellos que asolan cuando se apaga la luz y toca dormir. Esos monstruos y bichos que parece que salen de debajo de la cama o tras la puerta entrecerrada del armario, que creeen que se los vayan a devorar con feroces dientes, esos que solo habitan en su imaginación pero que ellos ven como si se trataran de una realidad tangible. Y que bien podrían parecerse a esos adorables Monstruos S.A. que Pixar ha creado para que los niños se hagan amigos de estos seres profesionales del susto.

Qué majos, si hasta dan ganas de adoptarlos 🙂

De pequeña yo era muy, pero que muy miedosa. Recuerdo perfectamente que no me atrevía a ir al baño a oscuras porque juraba y perjuraba que en el pasillo había cocodrilos. Eso, con tres ó cuatro años, fijáos si me alcanza lejos la memoria. Es el miedo que recuerdo con más fuerza. Ese, y el que vino a eso de los 9-10 años cuando me dio por ver Pesadilla en Elm Street… hubo una época en que mis noches eran un infierno, daba por hecho que el señor Freddie Kruger estaba bajo mi cama y si asomaba un solo dedo fuera del colchón me desguazaría con sus cuchillos. Me quedaba arrebujada en el centro de la cama, tapada hasta las orejas, tanto que casi ni entraba el aire para poder respirar. Luego pensaba, tonta de mi, que en la peli atravesaba el colchón con los cuchillos, pero no, a mi solo me mataría si sacaba alguna parte de mi cuerpo fuera de la cama.

Iván no ha sido miedoso en ese aspecto. Aunque a día de hoy no quiere dormir solo, pero no es por un miedo a algo en especial. No ha sido niño de miedo a los monstruos o a los bichos. Su miedo era y es, precisamente, estar solo. Es un niño muy sensible que necesita mucho contacto y apego, su verdadero miedo es que nosotros le faltemos. Pero estando acompañado, no tiene miedo. Por eso es que ahora duerme con su hermana, más feliz que una perdiz.

Sin embargo Antía sí que nos ha salido miedosa. Le ha bastado hablar un poco para que los “monstos” entren en su vida y nos lo cuente. Ve monstruos en cada escondrijo, en cualquier lugar sin luz, y no se atreve a acercarse ni acompañada. Cuando menos te lo esperas te dice “Mamá, he estutao un ruido”, con la mano ahuecada en la oreja y cara de misterio. “Cariño, no es nada, ha sido el viento”, “¿El viento? No mami, ha sido un monsto”, “no cariño, los monstruos no existen”; “sí existen mamá, yo lo he visto”, ” ah sí, ¿y como es?” “es mu gande y mu feooooo y hace uuuaaaaahhhhhh”. Entonces busca mi consuelo y se refugia en mi como si no hubiera monstruo que pudiera conmigo.

Hasta ahora estos miedos, estos monstruos, era algo anecdótico y casi enternecedor, ya que no era un terror atroz sino más bien una ilusión con la que hasta nos hemos reído. Como ya duerme en su cama, acompañada por Iván, no se suele despertar por la noche, y si lo hace, ella misma se baja y se viene a la cama, tan tranquila, o yo me levanto, la calmo y se vuelve a dormir, a veces sin necesidad de que yo me quedara allí. Algo que me sorprendía porque Iván no es capaz de dormirse solo -solo, sin nacie cerca- sin embargo una vez me acerco y la tranquilizo, le doy un besito y le digo que se dueram de nuevo, puedo irme porque se duerme.

Pero esta noche ha sido diferente. Mi niña ha gritado de terror, me ha llamado a gritos, no ha sido capaz de bajarse de la cama y cuando he ido a consolarla se me ha agarrado como si yo fuera una tabla de salvación. Tenía auténtico terror. Al llegar a su cama y cogerla en brazos le he preguntado qué le psaba y con un llanto entrecortado me decía “teno medo del mostro”.

Intenté acostarla de nuevo pero no se me soltaba, seguía llorando y gritando y me pidió venir a mi cama. Así que me la llevé, sin dudarlo. Lo que no me esperaba es lo que sucedería luego.

Normalmente cuando se mete en la cama se acomoda a sus anchas y se duerme, sin más. Pero esta vez no ha sido así, se encogió, se abrazó a mi con una fuerza increíble y no quería separarse. Como hacía mucho calor intentaba separarla un poquito porque ella estaba empapada en sudor pero en cuanto me movía un centímetro volvía a llorar de pavor y a agarrarse como si alguien la fuera a arrancar de mi.

Le costó mucho volver a dormirse, se pasó una hora revolviéndose inquieta, sin separarse un milímetro de mi y con la respiración agitada. Estaba realmente asustada. Yo tampoco fui capaz de dormir y mi única reacción fue abrazarla fuerte y besarla para que se sintiera segura y protegida. Pobrecita, lo mal que lo ha pasa

¿Y por qué esta noche?. Pues me temo que por un hecho que sucedió ayer por la noche cuando salíamos de un centro comercial donde habíamos ido a que jugaran un rato en los hinchables. Cuando íbamos de camino al coche noté algo que volaba, pensé que era un pequeño murciélago, pero al momento Iván se clavó en el suelo diciendo “ayyyyyy, se ha posado algo en mi espalda” -tal cual, me ha salido redicho el niño- y ojiplática me quedé cuando vi que era un saltamontes tamaño mutante. Gañafote lo llaman en estos lares. Mi marido, que es Johnny de la Jungla, lo cogió con sus manazas y tuvo a bien posar con él.

ojocuidao con el bicho, y eso que papá tiene manazas enormes

Contemplación de saltamontes con distancia prudencial

El bicho era enorme. El mismísimo Hopper reencarnado en su homogéneo real, y si no atent@s al parecido, si hasta clavan la postura.

Hasta yo me cagué de miedo y aún siento repelús al ver la foto. Ay omá pero qué asco más asqueroso.
Creo que hasta yo tendré pesadillas con el puñetero gañafote. Uffff solo pensarlo me pica tó. Lo curioso es que Iván, que fue el que sufrió el acoso del saltamontes puñetero, está tan pancho. A toro pasado hasta dice que mola, así cualquiera.

Le he preguntado ahora a mi niña a qué tenía miedo esta noche y dice “he vito un oso polá blanco”. Ahí es nada. Con lo adorables que parecen los osos polares, que dan ganas de achucharlos.Madre mía, qué le pasará por la cabeza a esta niña para que le de tanto pavor. Yo creo que por culpa del bicho se han despertado sus peores fantasías y de ahí la ensoñación.

Espero que esto haya sido algo aislado y pasajero, porque no me mola nada, pero nada, ver a mi pequeñita aterrorizada por algo que solo existe en su imaginación. Al menos me consuela saber que estar conmigo la tranquiliza.

Y vosotr@s, ¿habéis pasado por algo así?, ¿vuestros peques tienen pesadillas o sueñan con monstruos y bichos que los aterrorizan?, ¿ y qué hacéis en esos casos?. Estaré encantada de leer vuestras experiencias.

12 thoughts on “Los miedos nocturnos: monstruos, bichos y otras criaturas feroces

  1. planeandoserpadres LTR

    ¡Con semejante bicharraco cerca no dormiría no yo! Mi madre me traumatizó de pequeña porque ella es muy salvaje y nos metía saltamontes en el váter para asustarnos al abrir la tapa (más de una vez que saltaron en el culete por no mirar antes de sentarme) le cortaba los rabos a las salamanquesas y nos perseguía con ellos moviéndose en la mano… Y así me dan a mí un asquito los bichos que para qué. Eso sí, me ha extrañado que lo del oso polar blanco le diese miedo a tu peque. ¡Menos mal que era blanco y no de otro color! Porque siendo polar ¡eso sí que daría miedo! A ver si se el va pasando el miedito.

    Responder

    1. Alejandra La aventura de mi embarazo

      Qué cabrxxx tu madre jajaja, yo creo que no hubiera sobrevivido a semejantes sustos!!!. Pues lo del oso polar no se a qué viene, pero lo hemos solucionado con un osito de peluche blanco, a ver si le coge cariño y se olvida de que dan miedo 😉

      Responder

  2. Beatriz Arias Aguilar

    Que susto!!! Esos animal iris son seres vivos y también parte de la creación pero como asustan jaja. Me ha gustado mucho tu historia querida Ale, pienso que los niños como dices pasan momentos muy desagradables por causa del miedo a mi me ha funcionado muy bien vencer juntó con ellos el miedo, es decir asustarme con ellos para generar empatía y luego juntos pedirle al monstruo que se vaya, después hago una pequeña dinámica de proyección desde el amor interior y nos quedamos todos bastante contentos espero te funcione igual a ti sí quieres probarla 🙂

    Responder

    1. Alejandra La aventura de mi embarazo

      No te creas que no lo intentamos, pero mi niña es muy cabezona, y si ella dice que los monstos existen, cualquiera la baja del burro jajaja. Aún así seguiremos intentándolo y si no, nos hacemos amigos de ellos 🙂

      Responder

  3. Ness Sietevidasdelgato

    PObreta mi niña!! Si es que le ha tenido que dar mucho miedo…¡menudo bicho!

    Responder

    1. Alejandra La aventura de mi embarazo

      Si me dio miedo a mi!!! miedo y asco, puajjjj, no puedo con los bichos!!!!

      Responder

  4. Mo

    Pobrecilla… Peque no es de pesadillas, alguna ha tenido, pero poca cosa. Más bien es como tu niño, aborrece estar solo, siempre tenemos que estar con él…
    Seguramente será cosa del bicho, que por cierto, aquí tenemos muchos y debo decir que aunque no soy de cogerlos, me parecen muy chulos, jejejejeje…
    Muas!

    Responder

    1. Alejandra La aventura de mi embarazo

      Bonito de lejos… se llega a poner encima de mi y diorrrrr hubiera corrido más que Forrest Gump seguro jajaja

      Responder

  5. diasde48horas

    Menudo bicharraco!!
    Pobre Antía, espero que se le pasen pronto esos miedos porque lo debe de pasar fatal… por lo menos estando contigo se calma…

    Responder

    1. Alejandra La aventura de mi embarazo

      Parece que va mejor, al menos ya no se está despertando, así que está claro que el bicharraco la sugestionó bien a la pobre…

      Responder

  6. Opiniones incorrectas

    Es que en nuestra infancia lo del coco estaba en todo su esplendor. Y el hombre del saco, y la bruja… Yo tenía la paranoia de que estuviera Drácula en mi armario xDDD

    Responder

    1. Alejandra La aventura de mi embarazo

      Jajaja eso ya no se lleva, mis hijos no saben qué son los vampiros ni quien es Drácula, y si les pongo Crepúsculo seguro que les da de todo menos miedo jajaja.

      Responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

3 + trece =

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.