Por las mañanas tengo la costumbre de poner la tele de fondo mientras estoy en casa haciendo lo que sea. Muchas veces pongo la radio y escucho música pero desde hace muchos años, con la excepción de la época de bebé de mis hijos en casa y los Cantajuegos everyday, mi compañía por las mañanas es el programa Espejo Público.

Esta mañana no iba a ser menos, sobre todo teniendo en cuenta la realidad política actual. Mi sorpresa hoy ha sido ver que, en medio de la sesión constitutiva del Congreso de los Diputados, la diputada de Podemos Carolina Bescansa ha acudido al Hemiciclo con su bebé lactante y el revuelo que dicha acción ha provocado.

No es la primera vez que esta política acude al congreso, a un acto oficial, reunión o cualquier acto relacionado con su  con su posición con su bebé. Sin embargo, cada vez que lo hace es noticia y da lugar a muchos comentarios, como no podía ser menos.

Cuando he puesto la tele en ese momento Susanna Griso entrevistava a la periodista Pilar Cernuda, la cual decía que el hecho de que Carolina Bescansa se lleve a su bebé al Hemiciclo es un puro acto de publicidad, y que los bebés a esa edad están mejor en una guardería. Para mi alegría, Susanna Griso alegó que el bebé es lactante, tiene derecho a estar con su madre y su madre tiene derecho a llevárselo al Congreso y a donde haga falta, estaría más.

Lamento profundamente que Pilar Cernuda ya no solo como periodista sino como madre tenga el pleno convencimiento que para un bebé es mejor lugar una guardería que los brazos de su madre. Más lamento todavía que vea en algo así pura publicidad -o postureo, como algún iluminado ha dicho en Twitter-. Sería así si hubiera sido algo puntual, pero el hecho de que esta diputada lleve siempre a su bebé con ella prueba que es mucho más que puro postureo. Y lamento que como ella piense mucha gente, gente que no ve más allá de sus prejuicios y a la que sigue escandalizando la lactancia en público.

La verdad es que hasta me da igual que solo busque la foto. Una imagen vale más que mil palabras, y si hubiera acudido con el bebé al Congreso y en lugar de entrar en el Hemiciclo con él y amamantarlo allí lo hubiera dejado en la guardería, su acto sería invisible. Nadie sabría que está intentando conciliar su vida familiar y laboral. Y si alguien puede poner los pies en pared para que comiencen a cambiar las cosas, esos son los políticos que nos representan. 

Quien me conoce sabe que yo no simpatizo con Podemos precisamente, y si no me conoces ya te lo digo yo. No simpatizo con Podemos. Pero eso no me hace ir en contra de todo lo que haga el partido o sus representantes. Si hay algo con lo que estoy de acuerdo, lo reconoceré porque me parece de justicia, y en este caso, me lo parece y lo agradezco, sinceramente.

Que Carolina Bescnasa se lleve a su bebé al Hemiciclo me parece que es mostrar la realidad de muchas madres y dar la cara por ellas. Por la mierda de baja maternal que hay en este país, la nula conciliación de la vida familiar y laboral y el poco respeto hacia los derechos de los bebés, a quienes se ignora directamente en todas las ecuaciones.

¿Que podría haberlo dejado en la guardería del Congreso?. Sí. ¿Que tanto esa madre como su bebé están ambos más tranquilos el uno con el otro, y lo que es más importante, todas las necesidades del bebé cubiertas? Para mi es lo que realmente importa. Votar en el Congreso no es manejar material químico como me decían hoy en algún tuit, no entraña ningún riesgo para el bebé, y si el entorno es seguro para el bebé, el mejor lugar es el regazo de su madre.

Acabo de escuchar, además, que la “justificación” para haberse llevado a su bebé al Congreso es porque le da el pecho y él no acepta biberón. El principal mantra de la lactancia materna es “a demanda”, y a demanda significa cuando el bebé quiera, pida, le de la gana. ¿Es mejor solución que lo deje en la guardería, por cerca que esté, que su madre tenga que estar pendiente al móvil, que el bebé llore, que ella tenga que ausentarse repetidamente de su puesto para atender a su bebé, a tenerlo allí con ella cuando la presencia del bebé, salvo prejuiciosamente, no suponga ningún problema?.

Lo siento, soy egoísta y en estos momentos de mi maternidad, con un bebé de casi 4 meses, solo pensar en dejar a mi bebé a cargo de otra persona varias horas al día me parte el corazón. No quiero que nadie cuide de mi bebé, no quiero que nadie me sustituya: quiero hacerlo yo. Así que empatizo totalmente con ella porque yo también me llevo a mi bebé a todas partes.

Conciliación no es dejar a un bebé en la guardería, máxime si es un bebé lactante. Conciliación es ofrecer las medidas necesarias para que el bebé esté los primeros meses de su vida en el mejor lugar del mundo, con su madre, o con su padre si es lo que la pareja decide. Conciliación es que primen las necesidades los derechos del bebé por encima de las de los adultos.

 Y lo que necesitamos no son guarderías para aparcar a tu bebé a sus 16 semanas con todo el dolor de tu corazón, sino medidas de apoyo a la conciliación real, empezando una baja maternal decente. Y quizás soy egoísta hablando solo de las madres, pero la realidad de este país es que, a pesar de que afortunadamente cada vez los padres se implican más en la crianza de sus hijos, las madres seguimos siendo quienes afrontamos en mayor medida la crianza y quienes hacemos mayores renuncias -renunciar al éxito profesional vs renunciar a criar a tu hijo- y sufrimos las consecuencias de la NO conciliación.

Personalmente yo agradezco hasta el infinito de que Carolina Bescansa como política y diputada, sea del color político que sea, de visibilidad a esta realidad, se presente en el Hemiciclo con su bebé y le de el pecho cuando éste lo demande. Prefiero esta imagen a la de Soraya Sáez de Santamaría o Susana Díaz renunciando a gran parte de su baja maternal para continuar con su actividad profesional. Que están en su derecho y es una decisión personal y libre, por supuesto, pero yo me identifico con la realidad de demandar una baja maternal digna y unas medidas de conciliación que me permitan criar a mis hijos, que no supongan tener que dejarlos a cargo de desconocidos, renunciar a la pérdida de poder adquisitivo si quiero ser su principal cuidadora o perder el compás en mi vida laboral e incluso renunciar a ella para dedicarme a mis hijos ya no digo sus primeros años, sino al menos en sus primeres meses de vida.

Y lo que lamento es que el hecho de amamantar a su bebé en el Congreso -oh my god!- para much@s sea un escándalo, un hecho reprobable.

Mientras no cambien las mentalidades y se normalice el acto natural que es la lactancia materna, y la necesidad que hay de una conciliación real y efectiva de la vida familiar y laboral, poco avanzaremos como sociedad.

Me da igual que el objetivo sea buscar la foto o el postureo. Lo cierto, lo importante, es que se ha dado visibilidad a una realidad y se ha abierto el debate que era necesario. Ojalá sea una puerta que se abra hacia el debate y la consecución de una conciliación real.

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